NEEK
Por Manuel Cen Balam
HISTORIAS Y LEYENDAS
“EL PUERTO FANTASMA DE VIGIA CHICO”
-La terrible tragedia de “Vigía Chico”, su desaparición del mapa a causa del huracán Hilda-.
“El camino estaba totalmente cerrado, habían árboles y ramas tiradas por todos lados, trabajamos días y noches enteras, seguimos caminado, al llegar a Vigía todo estaba devastado, vimos un panorama triste, con olor a muerte y destrucción”, asegura uno de los últimos testigos.
Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.-El huracán “HILDA” sigue siendo para los escasos sobrevivientes una especie de fantasma aterrador, hay muchas historias que sostienen y que se cuentan con verdadera valentía. El enorme fenómeno meteorológico de esa época acabó casi de un solo tajo con toda la población de Vigía Chico, era el año 1955.
El pequeño puerto de Vigía Chico, fue arrasado por el enorme huracán “HILDA” la noche del 15 de septiembre del año 1955. Hoy sigue siendo un pueblo fantasma, un lugar mítico, un lugar increíble, entre sus restos quedaron esparcidas para la historia las estructuras del ferrocarril y perduran leyendas que hablan de hechos espeluznantes.
Los testimonios de los lugareños son de los más aterradores. Dicen de este lugar muchas cosas increhibles: Se cuenta que el Huracán Hilda, dejó a su paso por esa zona decenas de victimas mortales cuyos cuerpos fueron esparcidos y sepultados en la arena, cerca del faro, otros más en los montes aledaños.
Por muy extraño que parezca, testigos aseguran haber visto en ese paraje solitario, sobre todo en noches de luna llena una especie de espectros que deambulan solitarios.
_Al no haber encontrado el camino correcto de regreso al inframundo, sus almas siguen vagando por ahí, comentan._. Cierto o falso, estos testimonios vertidos por la gente común causa hasta cierto punto susceptibilidad..
Para los escépticos quizás estos comentarios tan solo sean como una especie de películas de ciencia ficción, pero para los creyentes de aquella época, no,¡ ya que manifiestan y aseguran haber visto cosas increíbles en ese lugar solitario que fuera "enterrado" del mapa por el Huracán Hilda donde aun se percibe el miedo.
El enorme huracán “Hilda”, entró por la “Bahía de la Ascensión” la madrugada del 16 de septiembre del año de 1955. Afectando con sus ráfagas de vientos y fuertes lluvias a este pequeño puerto que fue la principal fuente de ingresos económicos para la zona maya ubicado en el corazón de Quintana Roo.
Días después de esa fecha, en ese mismo mes y años “Janet” otro poderoso huracán arrasaría a Chetumal, sus ráfagas de vientos arriba de los 250 kilómetros por hora, terminaron por rematar a “Vigía Chico”.
El huracán “Hilda”, a su paso dejó una estela de muertes, destrucción y personas desaparecidas; Don Pablo Aguilar y don Julián “chicote” a lo largo de los años han compartido siempre algunos testimonios de lo que en verdad ocurrió en Vigía Chico con el paso del Huracán Hilda.
Los testigos aseguran que el mar de la “Bahía de la Ascensión” se alejó varios kilómetros. Ese día nadie sabía lo que iba a pasar, menos se imaginaron que se aproximaba un terrible Huracán, gritaban eufóricos por las Fiestas Patrias, cantaban y bailaban en la noche del Grito de Independencia.
A partir de esa noche el cielo empezó a cambiar, el mal tiempo hizo acto de presencia, la gente de Carrillo Puerto, buscó refugios, pero el destino ya estaba marcado para “Vigía Chico”. El huracán entró a ese lugar con toda su furia, sus habitantes lo desconocían, las ráfagas de viento y las lluvias devastaron en cuestión de horas el pequeño Puerto que sirvió como “punta de lanza” para el comercio local.
En ese tiempo Vigía Chico, estaba habitado por gente muy conocida de Felipe Carrillo Puerto; la familia Balam, familia May, Familia Bolio, Familia Pérez, familia Aguilar. El huracán entró con furia devastadora, cobró durante su trayecto más de una decenas de victimas entre hombres, mujeres y niños quienes de forma dramatica perdieron la vida.
Algunos lograron milagrosamente salvar sus vidas, pero para ello sufrieron mucho, otros más se ataron a los árboles o huyeron hacia la selva. Esta tragedia hace recordar a doña Lola, esposa de don Valentín Aguilar, el famoso militar don Juan “Mares” o don Sabino Tamayo, doña Tina Mezo y otros valientes héroes anónimos que se atrevieron a desafiar y enfrentar con valor las adversidades mas terribles de la naturaleza.
"El rescate de los cadáveres, no fue tarea facil, habia dificultades, el camino estaba totalmente cerrado, árboles y ramas caídas por todos lados, trabajamos día y noche, llegamos en la madrugada al kilómetro cinco que era el rancho de don Sabino Tamayo, tomamos café y galletas, seguimos caminado hasta llegar a Vigía, todo estaba totalmente devastado, la escena era de horror presentaba un triste panorama con olor a muerte y destrucción”, asegura uno de los últimos testigos.
“El Puerto Fantasma” de Vigía Chico, luce hoy abandonado, es el único lugar donde, “los patos le tiran a las escopetas” su inclusión a la reserva de Sian Ka’an, lo hace inaccesible a sus auténticos dueños, los mayas.
Por Manuel Cen Balam
HISTORIAS Y LEYENDAS
“EL PUERTO FANTASMA DE VIGIA CHICO”
-La terrible tragedia de “Vigía Chico”, su desaparición del mapa a causa del huracán Hilda-.
“El camino estaba totalmente cerrado, habían árboles y ramas tiradas por todos lados, trabajamos días y noches enteras, seguimos caminado, al llegar a Vigía todo estaba devastado, vimos un panorama triste, con olor a muerte y destrucción”, asegura uno de los últimos testigos.
Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.-El huracán “HILDA” sigue siendo para los escasos sobrevivientes una especie de fantasma aterrador, hay muchas historias que sostienen y que se cuentan con verdadera valentía. El enorme fenómeno meteorológico de esa época acabó casi de un solo tajo con toda la población de Vigía Chico, era el año 1955.
El pequeño puerto de Vigía Chico, fue arrasado por el enorme huracán “HILDA” la noche del 15 de septiembre del año 1955. Hoy sigue siendo un pueblo fantasma, un lugar mítico, un lugar increíble, entre sus restos quedaron esparcidas para la historia las estructuras del ferrocarril y perduran leyendas que hablan de hechos espeluznantes.
Los testimonios de los lugareños son de los más aterradores. Dicen de este lugar muchas cosas increhibles: Se cuenta que el Huracán Hilda, dejó a su paso por esa zona decenas de victimas mortales cuyos cuerpos fueron esparcidos y sepultados en la arena, cerca del faro, otros más en los montes aledaños.
Por muy extraño que parezca, testigos aseguran haber visto en ese paraje solitario, sobre todo en noches de luna llena una especie de espectros que deambulan solitarios.
_Al no haber encontrado el camino correcto de regreso al inframundo, sus almas siguen vagando por ahí, comentan._. Cierto o falso, estos testimonios vertidos por la gente común causa hasta cierto punto susceptibilidad..
Para los escépticos quizás estos comentarios tan solo sean como una especie de películas de ciencia ficción, pero para los creyentes de aquella época, no,¡ ya que manifiestan y aseguran haber visto cosas increíbles en ese lugar solitario que fuera "enterrado" del mapa por el Huracán Hilda donde aun se percibe el miedo.
El enorme huracán “Hilda”, entró por la “Bahía de la Ascensión” la madrugada del 16 de septiembre del año de 1955. Afectando con sus ráfagas de vientos y fuertes lluvias a este pequeño puerto que fue la principal fuente de ingresos económicos para la zona maya ubicado en el corazón de Quintana Roo.
Días después de esa fecha, en ese mismo mes y años “Janet” otro poderoso huracán arrasaría a Chetumal, sus ráfagas de vientos arriba de los 250 kilómetros por hora, terminaron por rematar a “Vigía Chico”.
El huracán “Hilda”, a su paso dejó una estela de muertes, destrucción y personas desaparecidas; Don Pablo Aguilar y don Julián “chicote” a lo largo de los años han compartido siempre algunos testimonios de lo que en verdad ocurrió en Vigía Chico con el paso del Huracán Hilda.
Los testigos aseguran que el mar de la “Bahía de la Ascensión” se alejó varios kilómetros. Ese día nadie sabía lo que iba a pasar, menos se imaginaron que se aproximaba un terrible Huracán, gritaban eufóricos por las Fiestas Patrias, cantaban y bailaban en la noche del Grito de Independencia.
A partir de esa noche el cielo empezó a cambiar, el mal tiempo hizo acto de presencia, la gente de Carrillo Puerto, buscó refugios, pero el destino ya estaba marcado para “Vigía Chico”. El huracán entró a ese lugar con toda su furia, sus habitantes lo desconocían, las ráfagas de viento y las lluvias devastaron en cuestión de horas el pequeño Puerto que sirvió como “punta de lanza” para el comercio local.
En ese tiempo Vigía Chico, estaba habitado por gente muy conocida de Felipe Carrillo Puerto; la familia Balam, familia May, Familia Bolio, Familia Pérez, familia Aguilar. El huracán entró con furia devastadora, cobró durante su trayecto más de una decenas de victimas entre hombres, mujeres y niños quienes de forma dramatica perdieron la vida.
Algunos lograron milagrosamente salvar sus vidas, pero para ello sufrieron mucho, otros más se ataron a los árboles o huyeron hacia la selva. Esta tragedia hace recordar a doña Lola, esposa de don Valentín Aguilar, el famoso militar don Juan “Mares” o don Sabino Tamayo, doña Tina Mezo y otros valientes héroes anónimos que se atrevieron a desafiar y enfrentar con valor las adversidades mas terribles de la naturaleza.
"El rescate de los cadáveres, no fue tarea facil, habia dificultades, el camino estaba totalmente cerrado, árboles y ramas caídas por todos lados, trabajamos día y noche, llegamos en la madrugada al kilómetro cinco que era el rancho de don Sabino Tamayo, tomamos café y galletas, seguimos caminado hasta llegar a Vigía, todo estaba totalmente devastado, la escena era de horror presentaba un triste panorama con olor a muerte y destrucción”, asegura uno de los últimos testigos.
“El Puerto Fantasma” de Vigía Chico, luce hoy abandonado, es el único lugar donde, “los patos le tiran a las escopetas” su inclusión a la reserva de Sian Ka’an, lo hace inaccesible a sus auténticos dueños, los mayas.
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